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martes, 27 de febrero de 2018

CONCIERTO DE SEMANA SANTA DE BAEZA.

A cargo de la Banda de Música de Baeza, bajo la dirección del Maestro D. Martín Morales Lozano.

🗓sábado día 10 de marzo.
🕣 20.30 horas.
🏢Teatro Montemar.

Entrada gratuita hasta completar aforo.
Retirada de entradas. Sábado día 10 de marzo a partir de las 19.30 horas en el Teatro Montemar.


domingo, 25 de febrero de 2018

REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO 2º DE CUARESMA. CICLO B.

                      Queridos hermanos y hermanas: Continuamos el camino cuaresmal que iniciamos el pasado Domingo y que culminará con la Pascua.
                       Hoy hemos sido convocados por Jesús, nuestro Maestro y Señor, como cierto día tomó consigo a sus discípulos predilectos y se los llevó aparte a una montaña alta para transfigurarse delante de ellos.
                      La Cuaresma es un camino hermoso, no fácil que nos pide esfuerzo, pues se trata de renovar nuestra vida cristiana de cada día, de verdad, con sinceridad. De renovarla con fe, con esperanza en el amor de Dios presente en nosotros.

                      1º.- En primer lugar, recordemos lo que Dios nos propuso el pasado Domingo ya que está en la base de las enseñanzas de hoy.
                      Vimos que: - Dios apostaba por la vida de los hombres. “Ya no habrá más diluvios”, pactaba con Noé. Revelándose Dios como el gran amigo de la vida.
                                   -  Pero también nos indicaba que para
tener vida hay que determinarse como Jesús a luchar contra los falsos dioses, ídolos, que nos esclavizan (poder, tener,...) y a luchar a favor de la vida con el amor de Dios.

                      2º.- Hoy la Palabra de Dios profundiza en la determinación hacía Dios, opción que ha de hacer toda persona. Y se nos proponen dos modelos:                      
                     A.- ABRAHAN. En él resalta su fidelidad.“Aquí me tienes”, le dice a Dios. Es un ejemplo de dolor, pero de vida. El camino de Abrahán está hecho de fe; la fe de este hombre ya antes fue sometida a prueba: Marcha de su tierra y de sus posesiones, el abandono de su religión...
                     Y ahora en el momento más duro de su vida se le exige a su único hijo. Abrahán no expresa quejas, ni nerviosismo, sino que dice a Dios simplemente: “Aquí me tienes”. Sin embargo, este camino duro, difícil y de pruebas se ilumina: Su alegría al final como premio de toda su abnegación; Dios se vuelca sobre él con toda clase de bendiciones.
                      B.- JESUS. En el camino de Jesús la muerte y la resurrección se dan también inseparables. La misión de Jesús se hace difícil, dolorosa, pasa por la cruz, dejando los atajos del poder, de la violencia.
                     Jesús se somete solidariamente con los hombres, al poder del hombre que tantas veces es el poder del mal y del pecado. Jesús sigue adelante, a pesar de la prueba. Nada de pensar que las cosas no tienen remedio, y pensar que el hombre está atado al poder del mal.
                      La gloría y el esplendor de la Transfiguración quiere anunciar el otro aspecto inseparable de su fidelidad a Dios, la Resurrección de Cristo. Por ello, la Transfiguración quiere ser una ayuda que Jesús hace a los suyos, para decirnos. No todo  es duda y oscuridad, ni prueba en el camino de Cristo, del cristiano. Hay una gran luz, al ver que su fidelidad, su entrega..., termina, lleva consigo el triunfo, la gloría, la vida, la Resurrección.

                      C.- Así se ha cumplido y así nos lo presenta realizado San Pablo: Dios nos entregó a su Hijo que resucitó y está a su derecha. He  ahí la razón por la que nuestra fe ha de ser firme: Dios está con nosotros. Cristo lo ha conseguido para todos. No tengamos miedo; Cristo nos ha dado la liberación y nosotros hemos de sacrificar (orientar) nuestra vida por hacer realidad esa liberación

                      D.- Aplicación. Los discípulos en el monte Tabor se escandalizaban y discutían; no entendían aquello de resucitar de entre los muertos. También nos ocurre a nosotros. No comprendemos que para llegar a la vida.., haya que entregarla:
-         O nos quedamos en el deslumbramiento del Tabor, olvidando la pasión, la entrega, el amor.
-         O nos quedamos en la pasiónensimismados, considerando la Resurrección... como algo al margen de la vida.
                      En el primer caso, nos ocurre que, a nivel personal, familiar, de pueblo, o de sociedad, queremos triunfar siempre, sin pasar por la entrega, el sacrificio... Queremos ver resultados... sin hacer para que sean posibles.        
                      En el segundo caso, decimos ¿para qué luchar? Es preferible seguir penando, tirando. No se puede hacer nada; y desconfiamos.
                      La actitud ideal del cristiano es aceptar el sufrimiento, la fidelidad, el amor, la entrega, la muerte... como paso a la vida, a la alegría, a la glorificación. Que son nuestras metas. Desde esa perspectiva, se clarifica y tiene sentido el dolor, físico, moral... luchar en la vida y por la vida.
                      Cada Eucaristíaes la afirmación de esta gran verdad: Pasamos con Cristo de la muerte a la vida.

domingo, 18 de febrero de 2018

REUNIÓN DE TARSCIOS MES DE FEBRERO


Reunión de niños Tarsicio de este mes de febrero inmersos ya en la Cuaresma.
Don Jose María trato la importancia de este tiempo litúrgico en la conversión de nuestra vida.
Finalizó la mañana con juegos deportivos
Viva Jesús Sarmentado
Sea por siempre Bendito y Alabado

REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA “B”

                    Queridos hermanos todos: Un saludo especial  para la Junta de Gobierno y los cofrades de Jesús en su Entrada triunfal a Jerusalén, en este día tan especial para vosotros en que celebráis la Fiesta de vuestro Titular, que es para vosotros vuestro Modelo, Maestro y Señor.
             1.   Un año más, conducidos al desierto, caminamos hacia la Pascua. El Espíritu conduce de nuevo a la Iglesia al desierto. La Cuaresma que iniciamos es la gran invitación a dejarnos conducir al desierto, seducidos por Dios, para que nos hable amorosamente. No perdemos de vista que caminamos hacia la Pascua, para renovar nuestra fe, para renovarnos interiormente y llevar una vida nueva, allí donde cada uno actúa y vive.

                    “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios”, nos ha urgido Jesús en el Evangelio. Debemos, pues, saber y querer aprovechar este tiempo favorable y dar frutos de conversión:“Convertios y creed”, nos reclama Jesús.
                    ¿ Como podemos creer, si no escuchamos?; y ¿cómo escucharemos si no hacemos silencio en lo hondo de nuestro corazón?Es necesario hacer callarmuchas voces, mucho ruido cotidiano, para oír la llamada de Jesús a cambiar, a renovarnos, a revivir la gracia de nuestro bautismo, a morir y resucitar con Él. Esta es la experiencia del desierto, de reflexión, de ayuno, de caridad y de oración que se nos vuelve a proponer para celebrar la Pascua de verdad.
                    ¿Por qué no intentamos cambiar? Ya se que nos cuesta; parece difícil o imposible. Quizá lo hemos intentado otras veces... ¡Fiémonos de Dios! Para Él nada hay imposible. Cristo nos ayudará a realizar un proceso de conversión auténtica. Tengamos confianza y dejémonos conducir hacia el desierto para concienciarnos de nuestro mal, de todo lo que impide que seamos auténticos hijos de Dios. El nos ayudará
                    Debemos pedir la gracia de darnos cuenta más claramente de todo lo que nos aleja de Dios y del prójimo. Darnos cuenta del desorden que puede haber en nosotros y ordenarnos según los criterios del Evangelio. Esta es la gracia más grande que debe producir en nosotros la Cuaresma.
                    Quiero hacer caso de Cristo. Quiero escuchar su predicación, acoger su Reino y creer de verdad. Dejemos que cale hondo la predicación de Jesús. No nos hagamos el sordo.

                   2. Ser favorecedores de la vida

                    Esta conversión tiene un proceso e intentaremos irla concretando a lo largo de los Domingos de Cuaresma, en algunos puntos que puedan servir para nuestra reflexión personal y comunitaria. Hoynos fijamos en el fondo de la primera lectura: DIOS ES AMIGO DE LA VIDA, Dios de vivos no de muertos. Un Dios que asegura: “el Diluvio no volverá a destruir la vida...”
                    Hoy vemos a mucha gente metida de lleno en una cultura del vacío, de la muerte. Conformados con un mundo sin sentido, de opresión, de violencia, de guerra, carrera de armamentos, de odio, de muerte... Indiferente ante la pobreza de tanta gente, ante su soledad...
                    Ante este mundo que muchos insatisfechos quisieran destruir, huir de él, Dios nos recuerda que Él ama la vida y el mundo. Que los quiere y desea hacer un pacto perpetuo de amor y de vida: -   El mal no tiene la última palabra.
-         Él interviene en este mundo por Jesucristo para salvar, liberar, potenciar y elevar la vida.
-         Se nos revela como el Dios que está siempre al lado del hombre y en oposición al mal que lo oprime, lo desintegra y lo deshumaniza. El Dios que desea el bien de la persona.
                   3. ¿CÓMO LLEGAR A SER CREYENTES HOY EN ESTE DIOS, AMIGO DE LA VIDA? ¿CÓMO HACERLA POSIBLE?

-         Luchando como Jesús contra toda clase de ídolos que conducen a la persona hacia la muerte. Toda cosa, persona o ideología que ocupe el lugar de Dios, que arrastre al hombre al vacío y rompa la comunión y el amor, es un ídolo. Hay que luchar contra todos los ídolos. Cuaresma es un tiempo importante para descubrir los ídolos que puede haber en nuestro vivir personal y comunitario: indiferencia, pereza, apatía, dinero, diversión...
-         Pero no basta con esto. Hay quefavorecer todo lo que es vida para el mundo, para las personas. Ser amigo de la vida, como lo es Dios.
-         Crear vida donde estamos. Ayudar a la debilidad de los demás, para mejorar la vida de todo el mundo...
-         Dedicar tiempo, esfuerzo, dinero a favorecer proyectos 
que hagan nacer, conservar y enaltecer la vida.                     
Este es el camino cuaresmal hacia la Pascua de la Resurrección.

viernes, 16 de febrero de 2018

La Agrupación Arciprestal de Cofradías de Baeza
COMUNICA
Que el acto de presentación del libro de Semana Santa, ha sufrido modificación, celebrándose el próximo domingo día 18 de febrero a las 20.30 horas como estaba previsto, pero en el SALÓN DE PLENOS DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE BAEZA.
Perdonen las molestias.
Gracias.










miércoles, 14 de febrero de 2018

IMPOSICIÓN DE LA CENIZA A LOS NIÑOS EN NUESTRA PARROQUIA





MIERCOLES DE CENIZA

       1.-  “CONVERTIOS Y CREED EN EL EVANGELIO”.

       Nos dirá el sacerdote al imponernos la ceniza. Todo un símbolo  todo un programa cuaresmal. La ceniza, un símbolo de nuestra fragilidad humana y de nuestra misma muerte. Nos recordará que hemos de convertirnos al Señor, nuestro Dios, que es“compasivo y misericordioso, rico en piedad”.  Nuestro destino, sin embargo, no es la muerte, sino la vida para siempre, Ahora tenemos la oportunidad de renovar y elevar nuestro espíritu y de responder fielmente al amor generoso de Dios.

       Por eso se nos invita a seguir el programa cuaresmal: La conversión, el cambio, para identificarnos con los valores de Jesús, los valores del Evangelio: el amor de Dios vivido con sencillez y trasparencia en nuestra vida cotidiana. Necesitamos autenticidad. Actuamos no por agradar o por buena imagen (fuera la hipocresía), sino con sinceridad y por conversión personal.

       2.- CUARESMA. CONVERSIÓN. CAMINO A LA PRIMAVERA DE LA PASCUA.

       La ceniza quiere señalar sobre todo un camino: Un bosque arrasado por el fuego... ,pero con las lluvias primaverales empieza a brotar de nuevo la vida nueva... Así también nuestro camino cuaresmal nos tiene que llevar del reconocimiento de nuestra debilidad..., a la alegría de una vida renovada.
       Creer en el evangelio es creer en Jesús y seguirle. Seguir sus pasos, identificarnos con su estilo de vida, construyendo el Reino. La Cuaresma es el tiempo largo y espléndido de la primavera, de la vida que se despierta, un camino hacia la vida interior, hacia la conversión del corazón. “Rasgad los corazones y no las vestiduras”, nos ha dicho Joel; y en el salmo hemos pedido: “Oh Dios, crea.
       3.- EL AYUNO, LA LIMOSNA LA ORACIÓN.

       Para ayudarnos a la conversión y al seguimiento de Jesús tenemos unos medios que debemos actualizar: El ayuno, la limosna y la oración. Ayunemos como símbolo de una vida más austera, que nos lleve a abrirnos al Espíritu, a sentirnos más libres y acogedores de la voluntad de Dios; a sentir la necesidad de los demás y a ser solidarios.
       La limosna es el símbolo del compartir. Es ir más allá de dar alguna cosa que nos sobre. Se trata de querer compartir nuestros bienes con los demás: dar nuestro dinero, dar nuestro tiempo y energía...; participar en tareas, proyectos de solidaridad de Manos unidas, misiones, Caritas...
       Y la oración. Una llamada a entrar en nuestro interior a solas con Dios y darnos cuenta de todo lo que oscurece nuestro vida... Y preguntarnos sinceramente qué quiere Dios de cada uno, qué quiere Dios de mí. Y qué piden los hermanos de mí.

       3.- EMBAJADORES DE CRISTO.

       La conversión que nos lleva a seguir a Jesús hacia la Pascua no se queda en nosotros mismos. Como Él haremos de nuestra vida una entrega generosa a la voluntad del Padre y al servicio del prójimo. Seremos llamados a ser sus embajadores, los instrumentos de su amor sus colaboradores en la construcción del Reino.

       El Salmo nos ayuda hoy a reconocer primero nuestras culpas, pero sobre todo reconocer que Dios es bueno, que no tiene en cuenta el mal que hemos hecho. Y nos invita a rezar:“Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso, Señor, me abrirás los labios y mi boca proclamará tu alabanza”.Emprendamos, pues, el camino de Jesús, el camino de la vida nueva que nos ofrece; El camino de la cruz que lleva a la primavera de la Pascua.

martes, 13 de febrero de 2018


RETIRO DE CUARESMA PARA JÓVENES

La próxima semana comenzamos la Cuaresma y en el fin de semana (16 al 18 de febrero), tendremos el Retiro de Cuaresma para Jóvenes. 

Aun estás a tiempo de inscribirte. Hasta el miercoles día 14, puedes formalizar tu inscripción.

Tenéis toda la información, pinchando AQUÍ

VEN Y VERÁS...

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lunes, 12 de febrero de 2018

ENCUENTRO DIOCESANO DE CATEQUISTAS 2018
LUGAR: Seminario Diocesano de Jaén
DÍA: 17 de marzo de 2018
TÍTULO: La imagen en la catequesis
HORARIO
10:00h. Acogida
10:30h. Oración
11:00h. Saludo del Sr. Obispo y Presentación de “Testigos del Señor”.
Ponencia: El valor de la imagen en la catequesis
(Hna. María Carmen Ferrero, miembro de la Subcomisión de Catequesis de la CEE).
Itinerarios catequéticos en imágenes:
• Historia de la salvación
• Vida de Jesucristo
• María
• La Iglesia
• Los Sacramentos
13:15h. Celebración de la Eucaristía
14:30h. Comida compartida
16:00h. Kahoot de imágenes
17:00h. Fin del Encuentro
Para participar, debes apuntarte,rellenando uno de los siguientes formularios, según te corresponda.

¡TE ESPERAMOS!

domingo, 11 de febrero de 2018




MANOS UNIDAS 2018
DOMINGO DE MANOS UNIDAS TIEMPO ORDINARIO“B”

          Queridos hermanos: Celebramos en este Domingo de Febrero, como ya es habitual, la JORNADA NACIONAL DE MANOS UNIDAS, Campaña contra el Hambrenº.59, con el Lema “COMPARTE LO QUE IMPORTA”
         Con este Lema Manos Unidas quiere llamar nuestra atención sobre el drama de la mortalidad infantil en el mundo. Cada tres segundos muere en el mundo un niño menor de cinco años. La mayoría de ellos lo hacen por causas solucionables. Cada persona, cada niño, desde su concepción es llamado por Dios a una vida que ha de ser desarrollada. Pero muchos de ellos no llegan a la edad de la decisión, donde puedan conocer y elegir desarrollar el Plan de Dios para ellos. Las vidas de estos niños que mueren no son totalmente ajenas para nosotros.

         Hemos escuchado en la Palabra de Dios que nos une a ellos un designio de gloria y  que podemos trabajar para que ellos puedan crecer y conocerlo. Manos Unidas, a través de su Campaña de este año, nos dice que el mañana de estos niños es hoy. Y hoy es el día en que nosotros podemos movernos con un amor mayor. Para ello, Manos Unidas nos ofrece a las Parroquias de nuestro Arciprestazgo de Baeza asumir  la construcción de un CENTRO ESCOLAR que se eleva a más de sesenta millones de Euros. Seguro que como otros años lo conseguiremos llevar adelante.
         Somos un pueblo que ha conocido la Sabiduría de Divina, que nos ha revelado Jesucristo y que podemos vivir gracias al Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones. SEAMOS, PUES, GENEROSOS Y COMPARTAMOS UN AÑO MÁS, sabiendo que “el que siembra generosamente, generosamente recoge”.
         Que esta Eucaristía, en la que Jesucristo, Pan vivo bajado del cielo, se nos da del todo y para todos, haga posible con sus discípulos, la multiplicación y distribución de los panes.

REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO SEXTO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

     Queridos hermanos a todos nos habrá conmovido la maldición lanzada sobre el leproso en la primera lectura; “El sacerdote lo declarará impuro… andará arapiento y despeinado… y voceando ¡impuro, impuro! Se trata de una maldición social, religiosa y auto maldición.; el mismo tendrá que gritar su impureza.
      La lepra era un caso típico de exclusión para defensa de la sociedad, porque era contagiosa. La persona enferma no tenía ninguna defensa, solo le quedaba pudrirse…Es más se consideraba como castigo de Dios por su pecado.

       Nuestros y nuevos leprosos. Hoy existen doce millones de leprosos, aunque ya no son considerados impuros y pecadores, pero es una verguenza, pues hay medicinas y medios para acabar… y dejamos que se siga contagiando, como otras enfermedades contagiosas como el ébola.

      Hoy también existe otro tipo de lepra que le llamamos los excluidos. Son los que el mundo olvida y son echados de nuestros recintos saludables y acomodados, los que no admitimos en nuestras abundantes mesas del bienestar, lo que no llegan a engancharse en el tren del desarrollo, los que fracasan en la competencia de cada día; viven en la calle, en las zonas periféricas de las grandes ciudades, en chabolas, cárceles, albergues, residencias, clínicas mentales, en campos de refugiados, en hospitales…
      Muchos de estos excluidos sienten sobre sí la misma maldición de los antiguos leproso, el rechazo social, el desprecio, la soledad y el miedo, la falta de calor humano, la falta de esperanza…

      Ante esta realidad,QUIERO es la gran palabra de Cristo-Dios al leproso, a todos los leprosos. Es el sí de Dios al leproso, a todos. Es la respuesta afirmativa de Cristo-Dios a la súplica del leproso de entonces y de todos los tiempos. Porque Cristo-Dios es el que escucha los gritos del hombre, de  todos los hombres. La Palabra y el gesto de Jesús va a significar un cambio radical en las relaciones humanas. Dios ha llegado hasta nosotros. Nos amó primero.
      Dice el Evangelio:“Se acercó Jesús a un leproso”. Estaba prohibido, pero estaba desesperado, se jugaba la vida. Había oído hablar de Jesús y había puesto su fe en Él. Jesús sería su único y su último refugio.
      “Suplicando de rodillas”, “Su quieres puedes limpiarme”
Caer de rodillas, es el último paso, y lo explica con la palabra: Puedes curarme, basta que quieras, para ti nada hay imposible, eres Dios.
      “Sintiendo lástima”.Es la más hermosa revelación sobre el misterio de Dios. Jesús escuchó la súplica, no hizo oídos sordos, no dio un rodeo, ni mandó que lo alejaran. Jesús lo escuchó, lo miró y se compadeció de él. Jesús trajo la gran luz de la misericordia a este mundo inmisericorde. Esta misericordia divina es como un rio de bendiciones que riega a la humanidad de generación en generación. Por eso, Dios será siempre nuestro último y nuestro único refugio.
       “Extendió la mano y lo tocó diciendo: Quiero, queda limpio”. Este gesto de Jesús significa la superación de todas las barreras excluyentes que separan a los hombres. Triunfa la misericordia sobre la ley, la costumbre, la estructura. Jesús no solo lo quiere, sino que lo libera de su dolorosa y humillante situación.
      “Quiero y te quiero”.Queda limpio, recupera tu belleza y dignidad. Sé persona y que nadie te menosprecie. Vuelve a tu familia, a los tuyos y no te olvides de alabar y dar gracias a Dios. Ya sabes que El es tu último y único refugio.
      Ante la situación de los nuevos leprosos, el discípulo de Jesús debe repetir sus sentimientos, sus palabras y sus gestos. Sigámonos compadeciendo  de los leprosos y excluidos de la sociedad, y prestándoles la ayuda cercana y liberadora. Que ellos puedan ver también en nosotros su apoyo y su refugio o signos de liberación.

miércoles, 7 de febrero de 2018

“Comparte lo que importa. Manos Unidas 2018” (Carta Pastoral)

Queridos diocesanos:

Por medio de estas líneas os invito a participar en la Campaña contra el Hambre de Manos Unidas. Como bien sabéis, es una oportunidad para abrir nuestros ojos y mirar otras dimensiones de la realidad. Sobre todo despierta la mirada de nuestro corazón hacia otros límites, o como dirá el Papa Francisco a “otras periferias existenciales”. Manos Unidas nos brinda la oportunidad de, a pesar de nuestros problemas cercanos, que son muchos, ampliar el horizonte y así poder colaborar en un proyecto universal: el de los objetivos del milenio.

Este año bajo el lema “COMPARTE LO QUE IMPORTA” Manos Unidas llega al final de un trienio dedicado a la lucha contra el hambre recuperando su impulso fundacional y profundizando sobre el escándalo del hambre, sus causas y posibles soluciones. Nos hace una llamada a buscar el desarrollo integral de los seres humanos en todas sus necesidades porque los reconoce a todos iguales, con la conciencia clara de que todos somos hermanos donde no caben diferencias en los derechos y en las posibilidades. Nos sitúa así en un proyecto que nos recuerda que la igualdad es fraternidad pues todos tenemos un Padre común: nuestro Padre Dios. Esta campaña no sólo nos sitúa en sus objetivos más generales sino que también nos propone tareas concretas con fines concretos y con destinatarios concretos.

A nosotros, los hombres y mujeres de buena voluntad de la Diócesis de Jaén, Manos Unidas nos invitan a promover varios proyectos en La República Democrática del Congo, Mauritania, Egipto, India, Togo y Guatemala. Han sido adjudicados por los distintos Arciprestazgos que configuran nuestro mapa diocesano. Son proyectos destinados al apoyo al desarrollo a comunidades rurales, creación de empleo para zonas desfavorecidas, ampliación de instalaciones y dotación de infraestructuras en escuelas, cobertura educativa para la infancia, y la promoción de la soberanía alimentaria y defensa del territorio indígena. El montante de todos los proyectos que nos han asignado suman más de 300.000 €, y se estima que pueden llegar a beneficiarse más 20.000 personas. Podéis comprobar qué hermoso es el trabajo de Manos Unidas. No nos piden nuestra cooperación de un modo genérico; al contrario, cada año le adjudican a cada diócesis unos proyectos para que animen a las distintas comunidades parroquiales en su financiación. Se puede decir claramente que conocemos el destino de nuestra solidaridad y que sabemos que va a hacer un gran bien.

Con esos proyectos es como a nosotros se nos invita a colaborar en la realización de un nuevo mundo, en un proyecto común. Ese proyecto sólo lo podemos alcanzar entre todos, contribuyendo cada uno según sus posibilidades. Hemos de creernos, por tanto, que la generosidad se suma y se multiplica porque se produce, como cada año, el milagro de una solidaridad que, quizás aún en pequeños pasos nos va haciendo ver que entre todos podemos hacer un mundo mejor.

Acudamos, pues, con anchura de corazón, a la llamada de Manos Unidas, a compartir, que es lo que importa. Además de pedir nuestra cooperación, nos pide muy especialmente la toma de conciencia de lo mucho que aún nos queda para lograr un mundo nuevo, un proyecto común.

Con todo mi afecto y bendición.

+ Amadeo Rodríguez Magro
Obispo de Jaén

#IglesiaenJaén #AmadeoRodríguez

martes, 6 de febrero de 2018

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2018

«Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24,12)

Queridos hermanos y hermanas:

Una vez más nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de nuestra conversión», que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida. Como todos los años, con este mensaje deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; y lo hago inspirándome en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (24,12). Esta frase se encuentra en el discurso que habla del fin de los tiempos y que está ambientado en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, precisamente allí donde tendrá comienzo la pasión del Señor. Jesús, respondiendo a una pregunta de sus discípulos, anuncia una gran tribulación y describe la situación en la que podría encontrarse la comunidad de los fieles: frente a acontecimientos dolorosos, algunos falsos profetas engañarán a mucha gente hasta amenazar con apagar la caridad en los corazones, que es el centro de todo el Evangelio.

Los falsos profetas

Escuchemos este pasaje y preguntémonos: ¿qué formas asumen los falsos profetas?

Son como «encantadores de serpientes», o sea, se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren. Cuántos hijos de Dios se dejan fascinar por las lisonjas de un placer momentáneo, al que se le confunde con la felicidad. Cuántos hombres y mujeres viven como encantados por la ilusión del dinero, que los hace en realidad esclavos del lucro o de intereses mezquinos. Cuántos viven pensando que se bastan a sí mismos y caen presa de la soledad.

Otros falsos profetas son esos «charlatanes» que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que sin embargo resultan ser completamente inútiles: cuántos son los jóvenes a los que se les ofrece el falso remedio de la droga, de unas relaciones de «usar y tirar», de ganancias fáciles pero deshonestas. Cuántos se dejan cautivar por una vida completamente virtual, en que las relaciones parecen más sencillas y rápidas pero que después resultan dramáticamente sin sentido. Estos estafadores no sólo ofrecen cosas sin valor sino que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar. Es el engaño de la vanidad, que nos lleva a pavonearnos… haciéndonos caer en el ridículo; y el ridículo no tiene vuelta atrás. No es una sorpresa: desde siempre el demonio, que es «mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44), presenta el mal como bien y lo falso como verdadero, para confundir el corazón del hombre. Cada uno de nosotros, por tanto, está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas. Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera, porque vienen de Dios y ciertamente sirven para nuestro bien.

Un corazón frío

Dante Alighieri, en su descripción del infierno, se imagina al diablo sentado en un trono de hielo; su morada es el hielo del amor extinguido. Preguntémonos entonces: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?

Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males» (1 Tm 6,10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él, prefiriendo quedarnos con nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su Palabra y sus Sacramentos. Todo esto se transforma en violencia que se dirige contra aquellos que consideramos una amenaza para nuestras «certezas»: el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que no corresponde a nuestras expectativas.

También la creación es un testigo silencioso de este enfriamiento de la caridad: la tierra está envenenada a causa de los desechos arrojados por negligencia e interés; los mares, también contaminados, tienen que recubrir por desgracia los restos de tantos náufragos de las migraciones forzadas; los cielos —que en el designio de Dios cantan su gloria— se ven surcados por máquinas que hacen llover instrumentos de muerte.

El amor se enfría también en nuestras comunidades: en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium traté de describir las señales más evidentes de esta falta de amor. estas son: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero.

¿Qué podemos hacer?

Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor los signos que antes he descrito, la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.

El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.

El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida. Al igual que, como cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia. A este propósito hago mía la exhortación de san Pablo, cuando invitaba a los corintios a participar en la colecta para la comunidad de Jerusalén: «Os conviene» (2 Co 8,10). Esto vale especialmente en Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de iglesias y poblaciones que pasan por dificultades. Y cuánto querría que también en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda, pensáramos que se trata de una llamada de la divina Providencia: cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos; y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?

El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre.

Querría que mi voz traspasara las fronteras de la Iglesia Católica, para que llegara a todos ustedes, hombres y mujeres de buena voluntad, dispuestos a escuchar a Dios. Si se sienten afligidos como nosotros, porque en el mundo se extiende la iniquidad, si les preocupa la frialdad que paraliza el corazón y las obras, si ven que se debilita el sentido de una misma humanidad, únanse a nosotros para invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo que podamos como ayuda para nuestros hermanos

El fuego de la Pascua

Invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración. Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo.

Una ocasión propicia será la iniciativa «24 horas para el Señor», que este año nos invita nuevamente a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en un contexto de adoración eucarística. En el 2018 tendrá lugar el viernes 9 y el sábado 10 de marzo, inspirándose en las palabras del Salmo 130,4: «De ti procede el perdón». En cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas, para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental.

En la noche de Pascua reviviremos el sugestivo rito de encender el cirio pascual: la luz que proviene del «fuego nuevo» poco a poco disipará la oscuridad e iluminará la asamblea litúrgica. «Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu», para que todos podamos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús: después de escuchar la Palabra del Señor y de alimentarnos con el Pan eucarístico nuestro corazón volverá a arder de fe, esperanza y caridad.

Los bendigo de todo corazón y rezo por ustedes. No se olviden de rezar por mí.

Vaticano, 1 de noviembre de 2017 Solemnidad de Todos los Santos

FRANCISCO

domingo, 4 de febrero de 2018

CELEBRACIÓN DE LA FIESTA DE LA CANDELARIA EN LA PARROQUIA





REFLEXIÓN DE DON MANUEL

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

           “Todo el mundo te busca”. Le dicen Simón y sus compañeros a Jesús. También nosotros le buscamos, venimos a su encuentro cada Domingo. Y es que quien entra en contacto directo con Jesús de Nazaret cambia su vida, ya nada vuelve a ser lo mismo…
         Así lo venimos comprobando en los Evangelios de estos Domingos. Hoy se nos ha narrado la curación de la suegra de Pedro con estas palabras: “Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó…”
          A lo largo de su vida, Jesús fue testigo ocular de grandes tragedias, sufrimientos y dolencias; del panorama desolador del hombre. A Jesús no le fue ajeno el dolor de los hombres y mujeres con quienes vivió y se relacionó: La suegra de Pedro, enfermos de todo tipo, endemoniados y poseídos. Para todos tuvo una palabra, un gesto y una atención.
          Ninguna pedagogía como la suya para desterrar y dejar atrás camillas, muletas, bastones o sillas de ruedas. Su fuerza era arrolladora, Inyectaba vida y confianza en el hombre enfermo… Por eso, ·”la población entera se agolpaba a su puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males”. Jesús es el hombre que cura, sana, salva y levanta de la postración. Es el hombre que fascina, que admira, que resucita las ganas de vivir a cualquiera que se cruza en su camino. “Sintió lástima de ellos, se le abrieron sus entrañas de misericordia”. “Cristo tomó nuestra dolencias y cargó con nuestras enfermedades”
          Esa fue, es y será su misión y tarea: salvar al hombre, aplicarles la mejor medicina: el amor divino. ¡Ofrecer gratuitamente calidad de vida! Es la respuesta de Dios al sufrimiento y al mal en el mundo y en el hombre. Dios no se queda quieto, indiferente, ni resignado ante el mal. Jesús nos invita simultáneamente a luchar  contra el mal y a poner nuestro destino en las manos de Dios. Es la respuesta del Salmo 146 que se convierte en nuestra plegaria: “Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados”.
          La reacción de la mujer curada, como la de tantas personas curadas por Jesús fue ponerse a serviles. Es como la conclusión de la vocación del
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discípulo: El que ha comprendido en profundidad el mensaje de Jesús, se convierte él mismo en quien proclama y vive radicalmente la entrega generosa a los demás.
          Así lo entendió y vivió su apóstol Pablo que decía“¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! No tengo más remedio”. Pablo ha tenido la experiencia profunda de la misericordia gratuita de Dios. Esta experiencia lo ha cambiado y lo ha fortalecido ante cualquier dificultad que se le presente. Pablo ha entendido que entregarse al servicio del Evangelio, al anuncio del amor compasivo y misericordioso de Dios en Cristo, es lo mismo que experimentar el gozo de la salvación.
          Nuestra vida, la vida de todo cristiano, ¿no debería ser lo mismo? Por eso, deberíamos preguntarnos: ¿Es así mi vida: aliviar, curar, ser medicina para el dolor ajeno? ¿Siento que mi fe es fuente de consuelo y fortaleza en mis momentos de dolor, angustia y prueba? ¿Qué dolor produce en mí el sufrimiento de las demás personas?
         Hoy, miles, millones de ojos siguen clavando en ti su mirada, Señor; aguardando un gesto, un alivio, mejora en vidas tan destrozadas y exprimidas. Sus oraciones y plegarias solo piden ¡salud y vida en abundancia! Yo, por mi parte, solo pedirte que el dolor del mundo, de mis hermanos los hombres, nunca me sea indiferente. Su grito y dolor te los presento hoy… y contigo y por ti a Dios Padre, cuya voluntad es que todos sus hijos tengan vida y vida abundante.  ¡Oh, Señor! Bálsamo, aceite, óleo sanador para nuestro mundo.